GUACO - GUAJIRO

Tuvimos que esperar 4 años desde “Equus 2006” para el nuevo trabajo discográfico de Guaco, una de las mejores bandas de música afrolatina del mundo, aunque esta denominación no necesariamente explica claramente su estilo musical. Mediante la exploración y constante innovación, Guaco ha logrado ensamblar una música propia basada en el patrón rítmico de la gaita zuliana del oeste venezolano, fusionada con una amalgama de géneros como la salsa, el jazz, el funk y el rock… generando un sonido único e inconfundible. En “Guajiro”, Guaco continua con la tradición iniciada en 1998 de destacar a un artista de la plástica y la pintura venezolana, en esta ocasión haciendo homenaje a la cultura de los Wayuu residentes en la península de la Guajira colombo-venezolana, adornando la carátula del nuevo álbum con “La Guajira Tejedora” del artista Gabriel Bracho.En esta ocasión la sofisticada máquina musical de Guaco se pone al servicio del Pop y su variantes, el Pop-rock y la balada-pop. Nueve de los quince temas están escritos para las voces casi idénticas de los hermanos Luis Fernando (más experimentado y recursivo) y Ronald Borjas, a través de las cuales seguramente pegarán algún tema en el espectro comercial Venezolano. Aunque no estamos muy interesados en este tipo de música algo pasajera, de esta lista destacamos “me quedé con las ganas”, “amor a cuenta gotas”, y en especial el tema “abrazar la soledad”, definitivamente una balada muy bien lograda.
Sin duda alguna el hit del álbum será “Ella”, un tema en clave de “Balada salsa” diseñado cuidadosamente para los requerimientos melódicos de Gilberto Santarosa, a quien Gustavo Aguado vuelve a invitar después de 18 años cuando lo invitó a grabar “ya no eres tú” en 1992. El tema, increíblemente bien arreglado por Juan Carlos Salas - el genio detrás de Guaco - hace uso de una de una de sus especialidades, los coros impecablemente trabajados los cuáles utiliza de dos maneras: primero como “background” para matizar el tema y lograr la atmósfera necesaria y segundo, como marco para que Santarosa se suelte en su carácterístico pregón, ya más salsoso. Aunque Guaco pone el tema en la línea de la salsa romántica para satisfacer el estilo del cantante, a los 2 minutos y medio le mete la sabrosura inconfundible de esta superbanda, en donde se hace presente su inigualable masacote funqueado, para deleite del buen melómano. El tema, en definitiva, es bien pegajoso y funciona. Si le dan la difusión necesaria y lo radian en las emisoras comerciales de Cali, Medellín, Bogotá, Barranquilla, San Juan, Santo Domingo, Carácas, Maracaibo, Lima y Miami, con seguridad va generar el impacto comercial y las ventas que el proyecto “Guajiro 2010” busca lograr.

No obstante el corte nítidamente comercial del disco, Guaco nunca abandona a sus fanáticos seguidores salseros, esos que idolatran a esta orquesta maracaibera y a la que comparan a nivel conceptual e interpretativo con agrupaciones del nivel de Los Van Van, Irakere o Batacumbele. Después de repasar el disco, nos encontramos cuatro temas están reservados para el salsero exigente:

•Con “Ganas” continúan en su exploración musical en la que utilizan algunos recursos timberos presentes en sus últimos 4 albumes desde que intercambiaran ideas musicales con la banda cubana Klimax en 1999.

•Y como “perro viejo late echado”, el veterano Gustavo Aguado siempre se reserva el mejor tema para él: en “el Odio y el amor” la banda suelta toda su energía, la velocidad de su montuno y la fiereza de sus mambos, los cuales levantan el volumen y el sonido con solamente 2 trompetas un saxo y un trombón que a veces se entrelazan y en otras disparan las ráfagas de sus frases en “tándem” como solamente Guaco lo puede hacer.

•El último número del disco presenta una grata sorpresa: el tema más “salsoso” del álbum es “por qué tu no me quieres”, en donde toda la banda trabaja para destacar la voz grave del boricua Glenn Monroig; una vez más, Guaco desata toda su contundencia para deleite del rumbero exigente: montuno, mambo, moña en armonía a 200kilómetros por hora, para de repente detener la banda y dejar que Monroig se despida haciendo su máximo esfuerzo vocal con un sorpresivo soneo final, haciendo un reclamo a la ingratitud, que le da el nombre al tema.

Como en toda universidad musical, dentro de esta institución de más de 40 años de historia, músicos jóvenes vienen y van pero su estilo y sonoridad continúan intactos. Es el mismo Guaco de siempre, el que genera una música llena de colores, que se produce por la combinación de la charrasca y la tambora gaitera con la base afrocubana de la conga, el bongo y la campana y en especial por el cascareo y repique de Julio Rivera, un maestro timbalero que reparte palo sin miseria llenando los espacios, conjugándose con el trapdrum y el bajo, que son los responsables por acento “funqueado” de Guaco. Todos trabajan en un ensamble en donde el pianista tiene que jugarse la vida en cada tema, a veces en un tempo lento y en otros a toda velocidad, los metales sonando en los momentos precisos pero siempre al ataque.

Guajiro” 2010 no es nuestro disco favorito de Guaco, pero nos alegra confirmar que en este trabajo está presente la esencia de esta increíble agrupación; la exploración de estos músicos de vanguardia continua, investigando nuevos sonidos y posibilidades para la composición: Guaco se ha nutrido del folklore de su natal Maracaibo, de la salsa, el jazz, el songo, la timba, la bulería española, el funk, blues, el rock y hasta el ambient y chillout, siempre en la búsqueda de nuevas fronteras musicales para el regocijo de todos los melómanos de este lado del planeta que año tras año esperan con ansiedad y misterio su próximo trabajo.

Como diría Santarosa: “hay que ser idiota para no entender…… a Guaco