RAMON VALLE

Cual prodigio divino la lluvia cesó y los mares se calmaron, al toque del vibráfono el cielo se abrió, y Tamborimba tocó, tres vibes en escena, dos de ellos talla XL, “tremenda cosa caballero”, el vibráfono delicadamente tocado, cada nota en su sitio, excelente banda, sonó Maria Cervantes y Vitamina de Noro Morales, quedé vibrafonamente sorprendido.Luego sube, sencillo, sonriente como siempre Ramón Valle, el piano esperándolo, el bajo inerte espera vibraciones sonoras, Omar Rodríguez Calvo se hace presente, y luego sube Owen Hart Jr., para enfrentar la batería.Los temas fueron todos de su mas reciente trabajo “Playground” , donde a raíz del primer año de su hijo, inicia una nueva fase de composición, mas intima y emocional, cada canción es un estado de ánimo o un recuerdo o una persona que ha tocado su vida.
Sonaron El reto, Fabio (dedicado a su hijo), Cinco Hermanas (dedicado a sus cinco hermanas), Reverso, Baila Harold baila (dedicado a un bailarin asesinado en una riña callejera, y Siboney de Ernesto Lecuona el cual grabé con mi camarita, desgraciadamente no con la calidad que quisiéramos, mi pulso de maraquero no ayudó mucho, y los ajustes de sonido no fueron los mejores, pero vendrán mejores films.


Me gustó RAMÓN VALLE TRIO, se nota la compenetración de los músicos, a pesar de no manejar el mismo idioma, dos cubanos y el baterista americano, y de vivir a mas de tres horas de distancia el uno del otro, pero como diriía RAMON VALLE, “lo importante es tener claro lo que se quiere hacer, tenerlo estructurado, conocer la calidad de los músicos y saber que pueden dar, cuando se llega al ensayo es todo mas fácil”.